No sé si aún queda alguien ahí, pero creo que, lo haya o no, es necesario dejar constancia escrita de lo acontecido recientemente. Más que nada para evitar visiones parciales o distorsionadas de la realidad. A este blog que varios se han dispuesto a decapitar, aún le queda un último saludo en el escenario. Para decir la verdad, al menos.
No me jode que la gente se haya marchado a hacer otras cosas y crear otro blog. Cuando vinieron mal dadas, fui el primero en decir que adelante. Que si no compartíamos la forma de hacer las cosas, que hiciesen otro blog. Con mis bendiciones y mis mejores deseos. Eran amigos. Se supone que así deben ser las cosas entre amigos. Lo que me jode y lo que me ha abierto los ojos es la forma de hacer las cosas. Y supongo que a cualquiera en mi posición le dolería tanto o más. Lo que duele, siempre, es la puñalada trapera. La traición a lo que uno pensaba era una amistad. De hecho, alguno hubiese montado en cólera.
La gente que se marchó de este blog lo hizo a hurtadillas, sin despedirse siquiera, y a espaldas de quien esto escribe montó su chiringuito. No, no tenían que pedirme permiso. Pero si realmente eres quien dices ser y te vistes por los pies, das la cara. Das tus razones. Y luego si quieres hasta un portazo. Yo he tenido que lidiar con problemas económicos que este blog ha generado, y lo he hecho a solas, sin protestar. Mientras mis "amigos" me la endiñaban por la espalda. Con un par.
Para quien no me conozca, a mí me pagan por escribir. Este blog, como tantas otras cosas en las que participo, he participado y participaré, era una válvula de escape a escribir por dinero. Un descanso. Mía fue la idea inicial, porque alguno no sabía ni lo que un blog era. Incluso tuve que ayudar a pulir más de una cosa. Algo por lo que, mensualmente, me pagan. Aquí lo hice gratis, porque venía de la mano de dos amigos. Por hacer algo juntos.
Este es el pago por los servicios prestados. Ni una gota de respeto, aprecio, honestidad, decencia, vergüenza o arrestos para poner las cosas claras y hacerlo bien. Como los hombres adultos se supone que deben hacer estas cosas. Si es que valoran tu amistad.
Aquí ahora vendrán seguramente las contras, las respuestas o, quizá con algo de suerte, el silencio. Para quien dice que miento o he mentido, que me enseñe pruebas de ello. Pruebas materiales, pruebas reales. No suposiciones ni pajas mentales. Pruebas. La única realidad palpable, visible e innegable es ésta. Aquellos en quienes confiaba se han ido, han dejado esto manga por hombro, avisando a sus coleguitas, y han montado su chiringuito sin ni siquiera avisar. Hasta de un puto trabajo cuando te marchas dejas dos semanas de notificación. Lo que indica, sin mucho lugar a dudas, lo que tu amistad le supone a este tipo de gente. Y lo que ayuda a tomar decisiones.
No sé cuál será el destino de este rincón de internet. Me gustaría intentar algo con ello, nuevo, mezclando cosas, para otra gente. Pero el tiempo escasea, y me he acostumbrado demasiado a ser periodista como para ser blogger. Allí entre otras cosas me pagan por hablar de videojuegos. Es otra liga.
Quien me conozca un mínimo sabrá que las disculpas no me sirven. Son palabras. No me demuestran nada. Los hechos, ahí están. 10 años de "amistad". Será que soy, como tanta gente, una moda pasajera.
Ni puedo ni voy a desear ningún buen futuro a gente así, la verdad. Lo siento, pero es cierto. En estas circunstancias, lo único que me apetece es demostrar la mayor de las indiferencias, pero hace no mucho una reveladora charla con una amigo (uno de verdad) me hizo ver que, a veces, hay que responder a este tipo de ataques y traiciones. Esta es mi respuesta. Y aunque nadie la comparta, o a nadie le importe, a mí sí. Tampoco creo en mierdas de karma o cosas similares. Así que no pienso ni por un instante que el tiempo vaya a poner las cosas en su sitio. Sé de dónde venimos y a dónde vamos.
No creo tampoco que haya que dar más explicaciones. De cómo o por qué se llegó a la situación de abandonar este blog... Baste decir que yo me juego bastante haciendo esto y no me puedo permitir resbalones. Maneras distintas de entender el proyecto. Maneras distintas, posiblemente no compatibles, pero perfectamente comprensibles. De hecho, así se lo comuniqué. Tampoco hay que darle más vueltas.
Mejor ir abreviando que se nos hace tarde. He meditado largo y tendido lo que tenía que decir, para evitar improperios por el calentamiento de cabeza. Nuff Said, que diría el gran Stan Lee. Quien quiera entender, entenderá y quien no, pues lo lamento por ellos. Luego cuando llegue la hora de hacer cuentas, que cada cuál haga las suyas con lo que gana y lo que pierde por sus acciones. Más sencillo imposible.
Yo voy a seguir durmiendo igual de tranquilo.
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